> Museo de la Diáspora Rusa«Casa Blanca»Музей Русской Диаспоры «Белый Дом»: Inauguración (III) de la Primera Sala - Texto del Discurso

BIENVENIDOS a nuestra Casa-Museo en la Colonia Rusa San Javier (Uruguay)
Monumento Histórico Nacional desde el año 2011.

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Национальный Исторический Памятник из 2011 года.



Premiado por: Ministerio de Educación y Cultura de Uruguay | Embajada de la Federación de Rusia en Uruguay.
Declarado de Interés por: Junta Departamental de Río Negro | Ministerio de Turismo y Deportes.


sábado, 17 de mayo de 2008

Inauguración (III) de la Primera Sala - Texto del Discurso


Discurso inaugural pronunciado por el Fundador y Director del Museo de la Diáspora Rusa "Casa Blanca"

Señor Intendente Municipal de Río Negro, Doctor Omar Lafluf;
Director de Educación y Cultura de la Intendencia Municipal de Río Negro, Señor Atilano Beltranchini;
Señores Ediles de la Junta Local de San Javier; Señor Secretario Ramón Martinelli;
Director del Museo de la Revolución Industrial de Fray Bentos, Señor René Boretto;
Comisión Directiva del Centro Cultural Máximo Gorki;
Grupo Religioso de la Sabrania de San Javier;
Comisión de Amigos del Museo "Casa Blanca", representantes de San Javier, Young, Fray Bentos y Montevideo;
Señores Descendientes de los Fundadores de San Javier;
Señores Periodistas; amigas y amigos;
Honra nuestra Casa también la presencia del Señor Ex Presidente de la República, Doctor Luis Alberto Lacalle Herrera.

Es para mí un honor recibir a Ustedes en este Acto de Inauguración de la Primera Sala del Museo de la Diáspora Rusa “Casa Blanca”, Museo de la Inmigración Rusa en San Javier y en el Uruguay.

En el marco del año 2008, declarado Año Iberoamericano de los Museos por el Consejo Internacional de Museos, bajo el lema “Los Museos como agentes de cambio social y desarrollo”, y en el marco de la IV Semana de los Museos, que celebra el Ministerio de Educación y Cultura en conjunto con todos los museos nacionales, públicos y privados, hemos considerado oportuno realizar este primer acto de inauguración del Museo Casa Blanca de San Javier.

Antes de continuar con estas breves palabras, quisiera leer algunos mensajes de salutación, que tienen un gran valor para nosotros:

“El hombre crea cultura y mediante la cultura se crea a sí mismo… engendra progreso descubriendo un adorno en la prosperidad y refugio en la adversidad… Por sus logros obtenidos y las metas alcanzadas, reciba de nosotros el más cálido saludo y las más sinceras felicitaciones ante vuestra inauguración de la Primera Sala del Museo. Sebastián Sviridenko, Presidente; Andrea Erramuspe, Harry Porro, Hamilton Silva, Miguel Kotvinsky, Ediles de la Junta Local de San Javier.”

“Estimado Señor Director: Tengo el honor de saludarle muy atentamente en la ocasión de hacerle llegar mis más sinceras felicitaciones con motivo de la inauguración de la primera sala del Museo “Casa Blanca” de San Javier, y desearle fuerte salud, bienestar y posteriores éxitos en Su actividad de conservación del carácter nacional y valores culturales de los rusos en el Uruguay. Lamentando no haber podido estar presente en la ceremonia por causa de la nutrida agenda, hago propicia esta oportunidad para expresarle las seguridades de mi más alta y distinguida consideración. Serguey N. Koshkin, Embajador de Rusia en Uruguay.”

“Gracias por invitarme a la inauguración de la primera Sala del Museo el día 17. Lamento no poder ir pero les transmito felicitaciones y un afectuoso saludo a Nicolás y a todos los amigos que trabajan mucho en el hermoso Museo, así como a todos los amigos de San Javier. María Simón, Ministra de Educación y Cultura.”

Esta Casa Blanca es la cuna de San Javier, el edificio más antiguo y emblemático de esta localidad, cargado de historia ancestral, y testigo del pasaje de criollos y de inmigrantes por estas tierras de Río Negro.

No podía tener otro destino esta Casa Blanca que aquél de conservar, precisamente, esa memoria y testimonio de nuestros antepasados; conservarlo para hoy, para los que aquí estamos, y también para las generaciones futuras. Dios quiso que así fuera.

Este proyecto de Museo, que en el día de hoy comienza a hacerse realidad, tiene sus raíces varias décadas atrás, muchos años antes de que quien les habla viera la luz del mundo. Las personas de mayor edad recordarán todavía que en el año 1969 toda la comunidad de San Javier, en una comunión solidaria y fraterna, se movilizó para solicitar al Estado Uruguayo la conservación de esta Casa como reliquia histórica de la comunidad, y para darle un destino acorde a su valor afectivo y testimonial. Se propuso convertirla en el Museo de los Inmigrantes de San Javier.

Ese proyecto fracasó en su momento. Pero como las nobles ideas nunca mueren en el corazón de los hombres de buena voluntad, la llama que parecía apagada volvió a renacer, en otra época, en otras manos.

En el año 2003, se encendió en mí esa llama que permanecía casi apagada. Confieso que yo no conocía la actuación previa de aquel Comité Pro Casa Blanca que en el año 1969 tanto había luchado por tan noble aspiración. Cuando en el año 2005 conocí personalmente al último sobreviviente de aquella comisión, don Ernesto Capurro, quien me puso al tanto de los antecedentes, mis ánimos para retomar esa lucha cobraron fuerza.

También contribuyeron a mi impulso inicial los integrantes de la Coordinadora Cultural Local de San Javier, de aquel año, a quienes agradezco hoy públicamente el beneplácito y apoyo brindados: Señor Celiar Martínez, Presidente; Señor Nepomuceno Terra, Vicepresidente; Señora María Magdalena Morganti, Secretaria; Señora Sandra Naumov, Prosecretaria; Señora Zully Terra, Tesorera.Lo que comenzó como proyecto, fue poco a poco materializándose en hechos reales. El primero y más importante fue la compra que realicé en calidad de único propietario, del presente edificio Casa Blanca, en noviembre de 2006.

Con la mayor reliquia en nuestras manos, los éxitos fueron llegando, aunque poco a poco y con un enorme sacrificio y trabajo, de mi parte y de la de mis colaboradores. En 2007 la Dirección de Cultura del Ministerio de Educación y Cultura premió nuestro proyecto de Museo con los “Fondos Concursables para el Fomento Artístico y Cultural”, con una dotación económica que estamos destinando para la restauración de la Casa Blanca. En abril del presente año, recibimos el “Primer Premio Museos” en la Categoría Proyecto 2008, junto con el alto honor de ser invitada mi persona a integrar el Órgano Coordinador de Museos del Ministerio de Educación y Cultura, órgano honorario asesor en materia de museos.

Los apoyos y congratulaciones a nuestro emprendimiento, en su carácter de único y original, no dejan de llegar a medida que el mismo se va dando a conocer tanto a nivel local como nacional e internacional. Confiamos en que estos apoyos continuarán llegando de parte de todos los actores culturales, sociales y políticos, para que este Museo pueda llegar a buen puerto en el plazo lo más corto posible.

No puedo dejar de agradecer profundamente las donaciones de objetos y testimonios históricos de los inmigrantes rusos, que constantemente las familias de San Javier y de otras zonas, como Montevideo, acercan a nuestro Museo. Sin la contribución de todos ustedes este museo no tendría razón de ser: esta Casa es por Ustedes y para Ustedes.

Quiero terminar estas palabras citando a un escritor chileno, José Donoso, quien en su libro “Conjeturas sobre la memoria de mi tribu”, del año 1996, expresa, con sus palabras, lo mismo que yo siento por este Museo:

«Desde niño aceché, esperando con malsana avidez, la coyuntura propicia para ceder a la tentación de escarbar en mi memoria tribal y reordenar su arquitectura para reconocerme en ella. Hablé con viejos o los llevé de paseo al parque, abrí los cajones de la niñez para rescatar fotos amarillentas, reactualicé nombres de personas y de caserones donde las ventoleras inflaban los postigos de las habitaciones vacías del invierno, atesoré como detentes ciertos objetos que pertenecieron a algún anciano rengo del que yo me declaré alevín. “¡Pobre! ¡Qué antipático este niño! Casi no parece un niño; es un viejo-niño; o un niño-viejo… ¿por qué no juega con los demás, en vez de andar preguntando cosas tontas y visitando a cuanto viejo encuentra?” Y yo seguía a los ancianos a todas partes, embrujado por su ceceo, por su cojera, por ese aroma tan particular que tienen los que transitan cerca de la muerte… “¿Por qué no juegas conmigo?”, me llama mi padre, de seis años, vestido de marinerito blanco, arrastrando un coche de juguete por los senderos del parque de “Odessa”, el fundo de su abuelo ya anciano en 1895, que es la fecha de la foto. Pero yo no acudía al llamado; o al de mi madre, que luciendo el amplio escote de un vestido de teatro, en un palco de 1920, me mandaba a jugar con mis primos. Yo no siempre obedecía, prefería quedarme interrogando a alguien, embobado en las barrocas locuras de algún viejo. Era como si estuviera apacentando mis cohortes para después, en una audaz zambullida de buzo en las aguas tibias, hundirme a rescatar unas cuantas piezas originarias, ahora deformadas por las algas y las sales del mundo subacuático donde fueron depositadas por antiquísimos naufragios: yo, con mi formidable instrumental de palabras, era el único capaz de rescatarlas…»

Gracias a todos por estar aquí en este día.

Nicolás Golovchenko Villagrán

Casa Blanca de San Javier, sábado 17 de Mayo de 2008.


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